Nombre completo: Léo Joseph Paul Westermann.
Fecha de nacimiento: 24 de julio de 1992 en Haguenau, Francia.
Liga: Adriática.
Equipo: Partizán de Belgrado.
Posición: base.
Mano dominante: diestro
De nuevo, volvemos a Belgrado, a esa mina de talento y promesas llamada Partizán. El equipo serbio vuelve a ser protagonista, y si anteriormente os traje el análisis de Bogdan Bogdanovic (que puedes leer aquí), hoy le toca a uno de sus más ilustres compañeros, el francés Leo Westermann. Quizá algo olvidado últimamente debido a sus lesiones, cuando ha estado sano ha demostrado de lo que es capaz.
Léo es un base distinto, no sólo por su estatura (1.96), sino porque es un jugador algo más espectacular de lo que acostumbramos a ver. El francés es un jugador de fluctuaciones, a veces muy bruscas, entre momentos de gloria y jugadas dignas de un veterano y fallos que denotan su inmadurez. Pero si nos quedamos con lo primero, Léo es un jugador muy interesante.
Poco a poco, ha ido asumiendo la dirección del juego en Partizán. Siempre ha sido un base de "pase primero", que suele buscar el pick and roll con cada vez más éxito. Nos maravilló a todos apareciendo por sorpresa en la Euroleague el año pasado, siendo capaz de asistencias espectaculares. Posee una excelente visión de juego y es un maestro de las transiciones gracias a esto.
Donde flojea un poco más es en la anotación. Westermann es un caso algo sorprendente, pues tiene buen tiro exterior, pero sus brazos cortos y su cuerpo enclenque hacen que no sea lo mismo atacando el aro. Tiene una poderosa arrancada que junto al manejo de balón le ayudan a driblar a los defensas, pero no consigue encontrar el aro con facilidad ante los pívots rivales. Además, tampoco es un buen lanzador de tiros libres, algo muy importante para un jugador que recibe tanto el balón.
En definitiva, a Léo quizá le falta algo de madurez en su juego. Busca un juego vistosos, con arrancadas rápidas, salidas en transición buscando el espectáculo y asistencias imposibles, pero en ocasiones esa búsqueda de crear espectáculo le hace perder el balón. Ese es un aspecto a mejorar: el base de Partizán debe centrarse en buscar la mejor opción para el equipo, y no la más vistosa. El otro gran problema que tiene es su cuerpo. He hablado ya de sus brazos cortos, pero otro problema que tiene es que es "de cristal", se lesiona con frecuencia y en dos años en Belgrado ha sufrido sendas lesiones severas. Y ese gran problema seguramente dificulte, incluso imposibilite su salida a la NBA, para cuyo Draft es elegible este verano. Westermann es un jugador fantástico, pero parece insostenible verle habituado al ritmo de juego norteamericano, con partidos cada 2 y 3 días.
Eso así, algo que llama la atención de él desde que llegó a Belgrado es su ética de trabajo. Westermann sabe que está, probablemente, en las mejores manos. Partizán, uno de los clubes cantera por excelencia llamó a la puerta del francés en 2012 y desde su llegada a la capital serbia siempre se ha empleado a fondo, sabedor de su talento y de los muchos defectos que ha de pulir para hacerse un hueco. Westermann llegó a Belgrado procedente del Asvel Lyon, y en su primer año en la máxima competición continental, la Euroleague, fue candidato al premio al mejor joven de la competición, que acabaría en manos de Kostas Papanikolaou.
En definitva, este es Léo Westermann, uno de tantos jugadores en el umbral entre estrella y estrellado.
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